Festival REMEMBER MOSTERS OF ROCK 84

Toledo – Pabellón La Peraleda – 11.06.09
Ahora que el Rock no pasa por sus mejores momentos, ahora que recordamos que los tiempos pasados siempre fueron mejores, ahora que en las celebraciones musicales siempre hay hueco para la nostalgia, un grupo de “locos idealistas” decidió recordar por todo lo alto aquel irrepetible Monsters of Rock de 1984, que presentaba un cartel tan grandioso y tan para frotarse los ojos y los oídos, que era para como dar saltos de alegría, aunque gloriosas ediciones del “Monsters” ha habido para todos los gustos. En aquella ocasión se dieron cita, nada más y nada menos que AC/DC (como cabeza de cartel), Van Halen (con David Lee Roth, en su momento más álgido y estelar), Ozzy Osbourne (gira del Bark at the moon, con el prodigioso Jake E. Lee en las seis cuerdas), Gary Moore (cerrando la gira del We want Moore), Yesterday & Today (en un estado de forma pletórico tras los impresionantes Black tiger -82- y Meanstreak -83-), Accept (en el punto más alto de su carrera, maravillando con la rotundidad de Balls to the wall) y Mötley Crüe (que seguían una ascensión imparable). Si alguien da más… Para conmemorar tan magna efeméride, allí que nos fuimos al recinto ferial La Peraleda de la ciudad imperial. Ya sentenció hace dos décadas José Carlos Molina que éramos un “Imperio de Paletos” (la afirmación es válida para el arte y la cultura en general, habida cuenta el país tan cultivado en el que nos hallamos), bien es verdad que unos sectores culturales sobreviven mejor que otros en este mundo a la deriva, en esta magnífica decadencia del mundo occidental con su brillo tecnológico y sus fanfarrias en tecnicolor digital. Comento esto a cuenta del pobrísimo aforo que registró el evento, pues en un recinto que puede albergar más de cinco mil personas, apenas unos cientos fieles incondicionales (nunca mejor dicho) nos dimos allí cita para contemplar un cartel que valía la pena con creces. Qué lejos estamos del milagro cultural, de aquello que cantaba Ñu: “Ya sólo escuchamos música clásica y exportamos Rock’n’Roll…”
El festín empezó a la hora de la sobremesa con la banda invitada Korumbà, mucha caña euskaldún, Thrash-Metal para calentar un evento que ya bramaba fuego, dada la temperatura ambiental. Tras ellos hicieron su aparición los burgaleses Pussy & Money (gracioso el nombre que han elegido para homenajear a los Mötley Crüe: “Coñito y Dinero”, sin complejos, vamos) facturando un set muy elaborado donde apenas faltaron clásicos de la banda angelina, si bien la imagen del grupo castellano en nada se parecía al look pinturero y glamuroso de los Vince Neil, Niki Sixx y compañía…, kukis aparte.
A media tarde, con un calor infernal en la carpa, se deslizaron los holandeses Moore Black, realizando un recorrido apócrifo sobre el genial guitarrista irlandés. Ya de entrada, faltaban los teclados y el guitarra rítmico, labores que realizaba en la banda de Gary Moore el sin par Neil Carter. Combinando churras y merinas, regalaron un set con muchas canciones semidesconocidas, amén de las incursiones en Thin Lizzy (de agradecer) o en el Moore blusero, ‘Walking by myself’, que no pegaban demasiado con el espíritu del evento, ya que se trataba de recordar el Monsters of Rock del 84, no hacer un repertorio a tontas y a locas, hurtándonos además clásicos imprescindibles como ‘Victims of the future’, ‘End of the world’, ‘Empty rooms’, ‘Murder in the skies’, ‘Out in the fields’, ‘I can’t wait until tomorrow’, ‘Nuclear attack’,’All I want’, ‘Hold on to love’, etc. aunque sí debemos agradecer que se acordaran de las versiones que realizaba el propio Gary Moore por aquella época, en homenaje a los grupos con los que creció musicalmente, esto es, ‘Wishing well’ de Free, ‘Shape of things to come’ de los Esaybeats…
Los que estuvieron soberbios fueron sus compatriotas holandeses Meanstreak emulando a los Y&T, y los barceloneses On the Rhoads haciendo lo propio con el lunático Ozzy Osbourne, luciendo un vestuario muy propio para la ocasión y recursos escenográficos para quitarse el sombrero. Qué gusto nos dio escuchar canciones como ‘Open fire’, ‘Black tiger’, ‘Midnight in Tokio’, ‘I believe in you’, amén del himno ‘Forever’, trazados con pulso magistral, del mismo modo que Iban Arrieta (voz), Sergio Esteras (guitarra), Abdón Pena (teclados), Óscar Rivas (bajo) y Jordi Esteve (batería) se batieron el cobre con las impagables tonadas del “Príncipe de las tinieblas”, maravillosas versiones, muy niqueladas, a destacar las magníficas ‘Rock’n’Roll rebel’, ‘Bark at the moon’, ‘I don’t know’, ‘Crazy train’, ‘Mr. Crownley’, ‘Revelation’… con los acordes de guitarra muy bien aprendidos y un colchón de teclados que encendía nuestras neuronas, amén de la encomiable labor de Iban que se metamorfosea como nadie en el “loco” cantante de Birmingham. Entrada la noche, los italianos Atomic Jump la emprendieron en recuerdo de Van Halen, realizando un set demasiado redundante donde hubo espacio para los grandes clásicos ‘Panama’, ‘Jump’, ‘Aint’ talkin about love’, ‘Pretty woman’, ‘You really got me’, ‘Runnin with the devil’… y también para temas algo menos brillantes de la banda (quizás fuera su interpretación): ‘Atomic punk’, ‘Ice cream man’, ‘On fire’, ‘Romeo delight’, que junto a los largos y tediosos solos alargaron en exceso un show que nos pareció eterno. Quizás fueran las ganas de degustar el plato fuerte de la noche, UDO Dirkschneider, al interpretar con una fuerza encomiable y un rabia magistral las aceradas canciones de Accept, desde ‘Princess of the dawn’ a ‘Balls to the wall’, pasando por ‘Metal heart’, ‘Restless and wild’, ‘Fast as a shark’, ‘Midnight mover’, ‘Burning’… Todo fue pura delicia para nuestros tímpanos, una auténtica apisonadora de Rock’n’Roll cabalgando desenfrenada y llevando el compás como una locomotora a pleno vapor. Alucinados y exhaustos ante tamaña demostración de poderío musical, ya sólo nos quedaba el fin de fiesta con la Bon Scott Band y sus acrisoladas versiones de AC/DC. Con tonadas como ‘Rock’n’roll damnation’, ‘Hell is a bad place to be’, ‘Girls got rhythm’, ‘You shook me all night long’, ‘Hell bells’, ‘Back in black’, ‘TNT’, ‘Let there be rock’, ‘Dirty deeds done dirt cheap’… no hay cansancio que valga, pura dinamita y broche de oro para un festival con muy buena organización que mereció más público del que finalmente acudió a recordar una efeméride tan grande como el Monsters of Rock de 1984.
Texto y fotos: Fran Llorente

0 comentarios:

 
shows - ©