Roger Waters - Madrid

30 años del muro, ROGER WATERS VUELVE A LA CARGA

Después de tres décadas en el candelero como uno de los elepés imprescindibles de la historia del rock, la genial obra de Pink Floyd vuelve a cobrar actualidad de la mano de su creador y máximo exponente, el atormentado y genial Roger Waters que la saca a pasear en un momento especialmente amargo, dado la crisis económica y de valores que pendula sobre nuestras cabezas. Concebida como una ópera póstuma contra la alienación de la sociedad de consumo y sus derivadas, The Wall es ante todo un grito desgarrado sobre ese grueso muro que se interpone entre el individuo y la sociedad, en una comunidad corrompida que no satisface las necesidades sociales básicas. Ya saben, la vieja disyuntiva, Hobbes frente a Rosseau: el hombre como un lobo para el hombre (que devora el planeta) o el ‘buen salvaje’ solidario y cooperativo que se pensó alguna vez. The Wall es ante todo, un bellísimo canto antibelicista, un grito sordo y angustioso ante la incomunicación, frente a los miedos, complejos y prejuicios que nos atenazan y nos impiden la consecución de ese elixir raro que es la felicidad.

Un mensaje a reivindicar más que nunca, en esta sociedad de la opulencia y el despilfarro, y con una actualidad aterradora: baste observar las guerras que asolan el planeta, tan cercanas  -y a la vez tan lejanas- en los Telediarios,  y el muro que han plantado las grandes corporaciones financieras. Esto es especialmente visible en el mundo de la música, donde las grandes empresas de la comunicación con sus bastardos intereses políticos-económicos-mediáticos impiden el fluir de la buena música e imponen la horterada como estandarte de nuestro tiempo. El “Big Brother” de George Orwell, que refiere Roger Waters en su montaje audiovisual, convertido en un detritus para mentes planas, en putiferio de artistas impostados y en cloaca hedionda, antaño pagada con el dinero de todos en la televisión pública, para elaborar clones destinados a las listas de éxitos, lubricados con el dinero del ladrillo: si quieres sonar en la radio comercial, tienes que pagar la mordida. Al final, solo fuiste carne picada para la máquina registradora, otro figurín rosa de usar otro tirar, otro ladrillo en el muro.

Del recital alucinógeno que Roger Waters trae entre manos, cabe subrayar dos cosas por encima de todo: el increíble sonido cuadrofónico que inundó el recinto y la brillantez musical en la ejecución de los temas –especialmente sembradas las guitarras de Snowy White y Dave Kilminster-, como un tsunami de conciencia crítica, que cala hasta los huesos, especialmente visible en las partes orquestales (que iban enlatadas) y en los efectos sonoros: en las explosiones de las bombas, en el vuelo de los helicópteros, en el ametrallamiento de la población civil… También que el montaje era manifiestamente mejorable en algunos tramos (“Hey you”, “Vera”, “Bring the boys back home”), y aplastante por su fuerza en otros momentos (“Goodbye blue sky”, “In the Flesh”) con recuerdo constante a los seres queridos asesinados en guerras tan injustas como criminales. “Fear Builds Wall”, ‘el miedo construye muros’ enunciaron los niños de Proyecto Hombre en sus camisetas, en la emblemática “Another brick in the Wall”, mientras el autor se despachaba a gusto minutos después: “¿Confianza en los gobiernos?. No me jodas”. Recuerda que el Gran Hermano te vigila con su ojo que todo lo ve y todas las voluntades compra. En el intermedio asomaron por las pantallas nuestros amados caídos: Gandhy, García Lorca, Chico Mendes, junto a una larga catarata de personajes anónimos cuya estampa erizaba la piel y el alma. Por último destacar (y esta observación es muy importante), que el público que abarrotó como nuca se había visto el Palacio de los Deportes (había gente de pie más arriba del gallinero, bailando animosamente) era mayoritariamente masculino en una proporción sonrojante (rozando el 90%), lo que define a la perfección el signo de los tiempos. No se si alguna vez ustedes se habrán preguntado por qué tantas chicas acuden a los conciertos de Alejandro Sanz, Shakira y figuras de ese palo, y las hijas de Eva son tan escasas en ceremonias como esta. La respuesta esta clara y casi la podría contestar un minusválido mental: la frivolidad y decadencia que nos invade, la banalidad y asquerosa superficialidad de un mundo a la deriva donde se intenta vender mercancía averiada a los incautos que estén dispuestos a pagar por ella.

En otro tiempo el concierto de Roger Waters hubiera sido gratis o muy asequible (todavía nos acordamos de los mágicos aquelarres de Pink Floyd -3.000 pesetas- y Genesis en el Vicente Calderón -500 pesetas-, Neil Young en el Rockodromo -400 pesetas- o Gary Moore + Barón Rojo + Shy en el mismo recinto, GRATIS). Por mucho que se empeñen algunos, no hemos perdido la memoria de tantos grandes ARTISTAS que desfilaron a mediados de los ochenta –en aquella acogedora urbe en vías de desarrollo, el mágico e irrepetible Madrid de Tierno Galván-, en tiempos de La Movida, o en los años posteriores. A PRECIOS RAZONABLES. Viene esto a cuento del elevadísimo precio de las entradas de ROGER WATERS (60 euros la más barata) y del coste prohibitivo de las camisetas en el merchandising (40 euros). No tiene mucho sentido pasarse el concierto entero criticando los vicios de la sociedad consumista y luego poner esos precios. Quizás estemos abocados al desastre, condenados a la extinción (cuando desaparezcan las grandes figuras del género) porque entre el nulo relevo generacional y demás factores, el rock con mayúsculas –como los mejores valores del ser humano: la generosidad, la igualdad, la fraternidad, el desprendimiento-, se van por el desagüe en estos tiempos oscuros y criminales. Quedan ustedes advertidos: La libertad se mide en dinero, y el ojo del Gran Hermano nos observa inquietante. Estamos al borde del precipicio. Tiempos siniestros: Saramago lo cuenta mejor. De todo ello trata el Muro, aunque su autor y protagonista lo siguió gritando con fuerza en su obra posterior, especialmente en “The final cut”(83) (la tercera parte de The Wall) y en el genial y vibrante álbum “Amused to death”(92) que tanto nos conmovió en anteriores giras. Si algo podemos añadir sobre el recital es que su “Bleeding heart of the artist” sangró con más fuerza que nunca, con un sonido olímpico en una velada que tardaremos bastante en olvidar.

Fran Llorente

BAPHOMET + NEVER DIE


BAPHOMET + NEVER DIE
Madrid – Live – 21.01.11
Presentación del primer trabajo de Baphomet. Después de seis años, su esperado primer disco, llamado ‘Metamorphosis’, hace referencia al proceso y progreso que ha tenido la banda en todo este tiempo. Esta noche les acompañaban Never Die. Ambas bandas, de Madrid, habían compartido ya escenario antes.
Never Die, formados a finales del 2007 y con un disco llamado ‘La orden marcada’, son bastante cañeros gracias a tener en su formación tres guitarras y la voz encaja como anillo al dedo al estilo que practican. El sonido que poseen en vivo es brutal y así lo demostraron con los temas que tocaron como: ‘Sin sentido’, ‘Nadie’, ‘Tren de los excesos’, ‘Un día más’, ‘La orden marcada’ y ‘F.C.’, con la que acabaron.
Baphomet hicieron la entrada al escenario con ‘Mundo dipherente’. La banda dio mucho de lo que hablar, tenía algunas sorpresas para esta noche especial, que era la de presentación del disco, e invitó a amigos músicos a cantar y tocar con ellos. El concierto se grabó para la edición de un próximo DVD. El cantante Johnny se cambió de vestuario varias veces (traje blanco y descalzo, gran capa negra, máscara…), una peculiar característica de la banda, la manera de expresar su música en el escenario. El público respondió desde la primera hasta la última canción que tocaron entre aplausos y coros. Original y, sobre todo, diferente es la definición de un concierto de Baphomet.
         Diana Olivares (thenoisehour.com)

MEJILLONEX.JE


MEJILLONEX.JE
Madrid – Jimmy Jazz – 29.01.11
En esta banda de nombre inspirado en el molusco militan tres miembros de Matando Gratix: Wafis (bajista), Periko (batería) y Óskar (guitarrista). Al poder de la equis final, se une el peculiar y extravagante Romy, que canta, le da a la armónica, a la percusión, los instrumentos raros y hasta te cuenta chistes. Lo que ofrecen en directo, y esperemos que pronto en disco, es Rock And Roll a la vieja usanza, alternándose a la voz los distintos miembros del frontline, y mucha diversión. Como me decía Óskar, “R’N’R de buen rollo y cosas divertidas”. ¿Para qué más? El público captó el mensaje pues, a pesar de no estar editada la música mejillonera, ya canturreaba temas como ‘Mejillonex’, ‘¡Odio!’, ‘Vistiendo de hortera’ o ‘Tiempos de consola’; los asistentes se dejaron esos aparatejos en casa y no cesaron de mover el cuerpo. Los músicos también acabaron contentos. “Si cuando terminas un tema, los ves aplaudir de corazón, el bolo acaba con la gente pidiendo más y ovacionando… pues te das cuenta de que el trabajo que hemos realizado vale para algo”, nos decía orgulloso el guitarrista. ‘Donde estás’, ‘Vyky’ y ‘Te espero’ dieron carpetazo a un bolo que se nos pasó volando y que nos demostró que estos Mejillonex no salen al escenario enlatados ni cocidos, es un alimento musical vivo y fresco que, además, está muy rico. Sigámosles, que merecerá la pena. Queda por resolver el “punto Je” del nombre de la banda, pero intuyo que es la onomatopeya que tanto se reproduce por el que asiste a sus conciertos.
Jon Marin

DAIS


DAIS
Madrid – Caravan – 18.02.11
Noche fría y lluviosa, local poco habitual para bandas de Rock Duro. Dio igual, nos encantó tomar unas cañas por la zona de Iglesia y asistir por primera vez a un concierto de esta banda que se ha estrenado con un buen disco titulado ‘Panda’ y que se chupó los seiscientos kilómetros que nos separan de la Ciudad Condal para dar lo mejor de sí. Y lo suyo es originalidad por diferentes, por interpretar y actuar de una manera que me impide encontrar similitudes dentro del panorama nacional.
Los cuatro componentes de Dais están muy conjuntados, el sonido de bajo y batería es potente y eficaz, la guitarra de David suena personal y la cantante, Isa, es una bestia sobre el escenario con un estilo también muy propio. La banda no chirría –ni siquiera la guitarra- como, por desgracia, tantas hacen, ni necesita desmadrarse con el volumen para atrapar.
A caballo entre el Hard Rock, el R&R y toques más suaves que les abren la ‘puerta’ (título del tema con el que comenzaron) a un público sin tachas ni pelos largos, nos obsequiaron con otras canciones de ‘Panda’ como ‘El ideal’, ‘Malos hábitos’, ‘Luz’ y ‘Cabeza de cartel’ (la que cerró el concierto). Además hubo lo que supongo nuevas composiciones tal que ‘Combate a 1.000 asaltos’ y ‘Animal de ciudad’ y, buscando la complicidad del público, regalaron versiones como ‘Walking by myself’ (homenaje a Gary Moore), de AC/DC (‘Highway to hell’) y Led Zeppelin (‘Rock and Roll’). No faltó, mediado el show, un solo de guitarra que la cantante, con mucha educación e ironía, dedicó a una pija que, con sus amiguitos, celebraba su cumpleaños con más atención a la tarta que al escenario. ¡Un respeto al Rock y a los músicos!
                              Jon Marin

exKISSitos + KISS Fever Band


exKISSitos + KISS Fever Band
2º aniversario www.kissarmyspain.com
Madrid – Heineken – 05.02.11
Las dos bandas mezcladas, que no revueltas
Al hablar de la grandeza de KISS seguramente se pierda uno en un inefable mar de matices inexpresables. Sin embargo, los hechos pueden hacer más por demostrar nuestra admiración por el grupo de Rock and Roll más grande de la historia que mil palabras. Eso mismo debió pensar la Kiss Army española (con Javi Rueda y Fernando Martínez a la cabeza) que montó una increíble fiesta-tributo en una de las salas más prestigiosas de Madrid con dos de las bandas más fieles a sus homenajeados, y que además tienen largo camino recorrido en cuanto a bolos. 
El sorteo de la guitarra por parte de los responsables de Kiss Army Spain
Las puertas se abrieron a eso de las seis de la tarde (a las de la mañana hubiera ido Rita la churrera) para que fueran pasando los rockeros sin aglomeraciones de última hora. No hubo muchos que se acercaran en aquellas horas tan precoces, incluso la mayoría llegó a tiro hecho para ver la primera banda directamente. Una pena, pues a las siete se proyectó un concierto inédito de Kiss en España (en 1983). El vídeo se veía algo pixelado y el sonido no era el mejor ni de lejos, pero contribuyó a un preludio de la fiesta posterior. Tampoco íbamos a pedir la luna, ya que esas imágenes, seguramente, han cambiado unas cuantas veces de formato antes de ser emitidas en la sala Heineken. Terminada la proyección, aún quedaba tiempo para ver el merchandising, el puesto del mítico Mario Scasso –que vino expresamente a la cita desde Valencia con muchas de sus joyas rockeras- y el de la Kiss Army, donde había productos de ediciones limitadas. También se podían comprar papeletas para el sorteo de una guitarra como la que utilizó Paul Stanley en la gira ‘Rock the nations’. 
exKISSitos
A las ocho y poco de la noche, bastante puntuales, salía a las tablas el primer grupo de la noche, exKISSitos. Saltaron desde el primer momento a comerse la sala que, ahora sí, se veía con bastante más ambiente. Muy auténticos y con una gran puesta en escena (con explosiones y confeti incluidos) comenzaron con ‘Flaming youth’. Mike “Stanley” dio buena cuenta de lo aprendido que tiene su papel en el escenario posando como Paul y con un tono de voz bastante aproximado. Sin bajar la tensión rockera, empalmaron con la siguiente canción que no era otra que ‘Shout it out’ con un Fonsi “Simmons” demoledor. Antes de seguir con el tercer tema en discordia hubo muchas coñas en relación a cómo Paul Stanley habla en los conciertos y, claro, los fans que allí estábamos nos tronchamos. La siguiente canción fue un clásico, ‘Firehouse’, en el que Fonsi vaporizó fuego ayudándose de la mítica espada en llamas. Una imagen que vale más que mil palabras y que da cuenta del realismo y la destreza de aquella fiesta que exKISSitos nos ofrecieron. Antes de comenzar con ‘Rip it out’, Suso “Frehley” se marcó un solo tremendo rodeado de humo. Esto sería la presentación de una de las canciones de la carrera en solitario de Ace Frehley. Un detalle bastante bonito por su parte haber englobado esa canción en su set list.  Siguieron con canciones como ‘King of the night time world’, ‘Take me’, ‘Is that you’ (al término de este tema le cayó una liga al frontman), ‘All the way’ o ‘Modern day Delilah’ (tema del ultimo álbum). Llegando al final de su actuación, se guardaron (claramente) los mejores temazos, que supieron agradecer los kisseros: ‘Let me go Rock’n’Roll’, en la cual Fonsi “Simmons” vomitó sangre; ‘Black diamond’, que fue una de las canciones más esperadas de la actuación, y ‘Lick it up’, con mucho movimiento sensual por las bailarinas que subieron el termómetro en la tablas. Para acabar en catarsis eligieron el mítico ‘I was made for lovin’ you’, en el cual salió Sebas (P. Stanley de Kiss Fever Band) a cantar con ellos.
Mientras dábamos tiempo para cambios en el escenario, unos cuantos (muchos) salimos a echarnos un cigarrillo fuera de la sala. Aquello parecía la película ‘Gorilas en la niebla’ de la humareda que se formó.
KISS Fever Band
Con todos reunidos en la sala, comenzó su show Kiss Fever Band. La banda afincada en Madrid empezó con ‘Creatures of the night’ haciendo gala de una ejecución técnica bastante buena aunque escénicamente más parados que sus antecesores. Su sonido, la voz, las guitarras… sonaban  mejor, pero les faltó el espectáculo que pusieron exKISSitos. Siguieron con ‘Deuce’ y una muy esperada ‘Strutter’. Al finalizar este tema pidieron aplausos para Javi y Fernando por organizar una fiesta como esta. Siguieron con clásicos del principio de la carrera de Kiss como ‘Calling Dr. Love’, ‘God of thunder’, ‘I love it loud’ o ‘Love gun’. Incluso se permitieron tocar una rareza dentro de los temas de sus ídolos, ya que Kiss no suele tocar ‘Lady´s room’ en sus directos. Ellos la interpretaron de una forma espléndida con un Sebas “Stanley” impresionante, cuya voz nos deleitó a todos los asistentes, doy fe de ello. Para ir acabando, eligieron una de las canciones más afamadas y queridas por el público: ‘Detroit  Rock city’. Mike de Exkissitos salió a cantar con ellos y fue una auténtica salvajada, empezando por la calidad de la interpretación como por la locura de las tablas. Hasta salió Fonsi (Exkissitos) al público a hombros de un colaborador. Impresionante. Antes de acabar el concierto salieron los organizadores de la Kiss Army española a dar el premio al ganador del sorteo. Después salieron Exkissitos y, ya con ellos en el escenario junto a los miembros de Kiss Fever Band, y todo el desparrame montado allí, sólo quedaba una canción por tocar: ‘Rock`n`Roll all night’. Así se despidió la fiesta con decenas de personas entre músicos, organizadores e incluso público cantando a coro la legendaria oda al Rock.
                                                                                                                         Rodrigo Trigo

 
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