BUNBURY

Madrid – Palacio de los deportes – 23.10.08

Desde que dejara Héroes del Silencio, las canciones de Bunbury han sufrido una metamorfosis similar a la de las galletas que llevan demasiado tiempo dentro de la leche; se han reblandecido, han adoptado una textura diferente y sabrosa que hay que aprender a degustar, pero no tienen la fuerza de antaño, y bien que lo deben saber los técnicos, que lo intentaron paliar a base de un irracional ataque decibélico. A la hora de hablar de un concierto, la cosa cambia, Bunbury es una bestia del directo, domina las tablas a la perfección y es capaz de meterse en el bolsillo al público con su apabullante fuerza escénica. Habría que evaluar si un histrionismo tan excesivo beneficia a la música o más bien la deja en un discreto segundo plano, pero, visto lo visto, parece que el maño ha encontrado el equilibrio justo que el público demanda. Su último trabajo tuvo un protagonismo especial, sonaron 'El hombre delgado…', 'Bujías para el dolor' (de lo más espectacular de la noche), 'Canción cruel' o 'Hay muy poca gente'; tampoco se olvidó de lo más granado de su discografía en solitario, con el aliciente de que, al tener nueva banda, muchas canciones sonaron distintas tras pasarlas por un túrmix más guitarrero.'La señorita hermafrodita', 'El rescate', 'Canto el mismo dolor', 'Lady Blue', 'Me calaste hondo'... o la única referencia, muy tangencial, a Héroes con 'Apuesta por el Rock'n'Roll'. Fue un concierto largo, intenso, con un faraónico Bunbury en estado de gracia y con una inesperada (e inapropiada diría yo) sorpresa final en forma de cerezas. Lástima del sonido deficiente.

Juan José Díez

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