México D.F. – Multiforo Cultural Alicia – 20 septiembre 2014
Lujuria
es otra de las bandas que se ha atrevido a cruzar el charco y dar una
satisfacción a sus seguidores mexicanos. Seis fechas en nueve días y la
segunda, entre Monterrey y Puebla, tocaba en el Distrito Federal.
Las
entradas no eran baratas para la economía del país: 350 pesos anticipada y 400
en taquilla ('preventa' y 'el día' en el lenguaje habitual aquí), o sea, unos
20 o 23 euros; a pesar de lo cual la asistencia fue aceptable si bien la sala
es pequeña. Al estilo español cuando hablamos de convocatorias heavies, mayoría abrumadora de hombres
sobre mujeres.
Y el
lector dirá: '¿Qué pasa, que no empieza el concierto?' Sí, claro, con "Mozart
y Salieri", "Jekyll & Mrs. Hyde", los seis sobre el
escenario y todos los de abajo dando saltos como locos. Antes de "Sin
parar de pecar", las primeras palabras de Óscar son para recordar a la
gente del estado de Baja California Sur que, tras el huracán de unos días atrás,
tan mal lo está pasando.
Las letras
en general y el comienzo de "Sperman" nos recuerdan otro vicio y
echamos una carrerita a la entrada para fumar un cigarrillo y observar que hay
un cartel que promete autógrafo de los artistas si compras merchandising oficial porque -en México nunca fallan- también hay
un puesto de venta con camisetas 'no autorizadas' de Lujuria junto a la sala.
"Dejad
que los niños se acerquen a mí" da paso al tema que da título a lo último
("Sexurrección") de los metesacagovianos,
como los nombré hace casi veinte años. A estas alturas ya ha volado una
gran bandera tricolor hacia el cantante, que la muestra ante el delirio
general. Para introducir "Traidores y criminales contra nosotros
batallan", del infravalorado disco "Y la yesca arderá", Óscar
cuenta que nunca antes la interpretaban fuera de Castilla pero que ya es hora,
y hace cómplices a mexicanos, y a Latinoamérica en general, de los comuneros
castellanos con inteligentes recursos.
"Cinturón de castidad" precede a "Cadena perpetua",
que me parece la más coreada hasta este momento. Chepas aporta el lado
rocanrolero de la guitarra mientras que la excelsa técnica de Manu Seoane le da
y le sobra para atender a sus labores y, a la par, ser el más sonriente, el más
simpático sobre las tablas. Maikel aporrea con fuerza y el último fichaje,
Santi Hernández, le sigue al bajo con solvencia gracias a su dilatada carrera
previa con Posesión, Dr. Jekyll, Mr. Rock y Eden Lost. A Ricardo se le ve muy tranquilo aportando lo
suyo a las teclas y Óscar, son su ronca voz habitual, ataca con "Cae la
máscara".
Llega el momento que servidor siempre
espera con más ganas en un concierto de Lujuria: la interpretación de algo de
su primer disco. Esta vez me tendré que conformar con el hit "Estrella del porno". Y ahora nos presentan a dos
figuras del Rock mexicano: Juan
Bolaños (Barktok, ex Luzbel) y Carlos Alanis (Next). El frontman segoviano tiene el detalle de sacar sus propios vinilos de
estos grupos para que se los firmen públicamente y entre los tres cantan
"Corazón de heavy metal" hasta acabar abrazados. El público de este
lado del Atlántico, como es costumbre, ha agasajado hasta la saciedad a otra
banda española, Lujuria, que despide su actuación capitalina con "Joda a
quien joda" y la expresión que más ha gustado a Óscar de estas tierras y
no se cansa de repetir: '¡A huevo!'
Jon
Marin
Fotos: Cihuatl Zúñiga
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