Madrid – Hebe – 17.03.12
Antes de que Koma estallaran y dijeran que "a la
luna los mandaba yo", el Rock Poético llegó a una saturación de oferta que
hacía urgente una cierta criba. Ese hipotético examen de Selectividad lo superarían
sin problemas los aragoneses Insolenzia, una banda que se atreve a fusionar
Rock y literatura con unos resultados más que dignos. Llevar semejante carga al
directo es tarea complicada, pero ahí está la gracia del desafío. La noche que
presentaron en la capital ‘Me quema el sabor de tus ojos’ había en la sala más
prensa que público, en buena parte por el error de ubicar una presentación de
disco en pleno puente madrileño y a la misma hora que el Rayo Vallecano le
metía tres goles al Betis (¡cuidado chicos, que sólo a Transfer le han pasado
estas cosas!)
Las curiosas teloneras fueron las cuatro chicas (+ un batería macho) de Yo No Las
Conozco, una juvenil y marchosísima
Thermomix capaz de alternar temas propios con versiones de Desakato, Green
Day, La Polla Records, U2, La Guardia (‘Cuando brille el sol’) o los reyes
del Chicle-Pop de Los Fresones
Rebeldes (‘Al amanecer’).
La actuación de Insolenzia fue brillante y
corajuda, como dando firme respuesta al pinchazo de audiencia. Hicieron un
repertorio muy inteligente, combinando la práctica totalidad de su nuevo disco
con las mejores canciones de los dos anteriores: ‘Muerte, espera que me hundo’,
‘Sembrar la verdad’, ‘La boca del volcán’, ‘Llueven deseos’ o ‘Mi silencio’,
además de alguna sorpresa ocasional como una versión de sus vecinos Tako. Nunca
les había visto en directo y me sorprendió la combinación explosiva de
"bella y bestia" que forman Isabel Marco -no lo duden, la nueva
Aurora Beltrán- y el escritor/poeta/actor/provocador/agitador cultural Daniel
Sancet. La carga teatral del espectáculo es potente y contrasta con el
desenfreno que se desarrolla a espaldas del ocasional vocalista: dos
guitarristas, un bajista y un batería en plena y eléctrica efervescencia. Puro entertainment, sin duda, de los que
exigen un planteamiento previo y una resolución técnicamente compleja. Desde
luego, nada que sugiera aburrimiento o rutina, sino un camino arriesgado en el
que no obstante está su máximo encanto. La presencia escénica de Isabel es un
imán poderoso, cuyos ojos hipnotizan y que tiene un registro de voz que cada
vez nos suena más depurado y personal.
Visitamos la web de Inzolenzia y nos da envidia comprobar
que en otras ciudades han contado con un escenario más adecuado para organizar
su propuesta, digna de una pequeña sala teatral o de todo un masivo teloneo de Marea en Rivas Vaciamadrid.
A ver si nos oyen los de Berriózar, que sus compadres de Alagón (Zaragoza) no
se merecen otra cosa que una audiencia de miles para su nivelazo creativo.
Leonardo
Cebrián Sanz
Foto: Fran Llorente
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