Madrid – Ritmo &
Compás – 21.04.12
Era la fecha señalada. Tras meses de espera, por fin
presentaban Guadaña su flamante primer larga duración, ‘El grito del silencio’.
Me acercaba a la sala y las calles hervían de hinchas futboleros celebrando la
victoria del Real Madrid sobre el Barça.
Dura competencia para los programadores de conciertos en la noche del sábado,
la más propicia para el Rock. Sea por esta circunstancia, sea por la crisis o
por otros tantos motivos, la sala no presentaba el aspecto que los gaditanos se
merecían después de viajar más de 600 kilómetros para la presentación oficial
en la capital y eso que la organización retrasó el inicio del evento más de lo
habitual (hasta las 22:40 no empezó Viga).
Confieso que era la primera vez que veía en directo a
este veterano grupo en sus más de treinta años de historia, a pesar de que han
actuado en muchas ocasiones en la capital en los últimos tiempos. Ellos se
sentían como en casa y lo transmitieron a los aficionados que iban entrando en
la sala de La Guindalera. Los Viga irradiaron una energía positiva a
los congregados; sin duda es una banda que derrocha pasión por el Rock, unos
músicos supervivientes que han sabido renovarse y que quieren dar todavía mucha
guerra. El giro metalero dado en
‘Electrokalambrera’ les vino como anillo al dedo para calentar el ambiente
previo a la actuación de Guadaña. Sonaron muy compactos y me llamó la atención
la variedad de registros vocales de su cantante Isaak Palon. Del último disco
no faltaron temas como ‘Maldito héroe’, ‘Amaneció gris’, ‘Salida 50’ o ‘El Hijo
prófugo’. Recordaron al respetable su próxima participación en dos festivales
cuando tocaron ‘Rock & Roll festival’ y se despidieron con ‘Llama a los
Viga’, divertida versión en castellano del clásico de AC/DC ‘Whole lotta
Rosie’. Prometo repetir y, si puedo, recuperar el tiempo perdido en las tres
últimas décadas.
No tardaron mucho en salir al escenario Guadaña (banda formada por Salva, Glory
y Pablo tras la separación de Huma). Los gaditanos convencieron a los
asistentes con un show muy
completo desde el inicio, cuando un figurante que representaba a la muerte se
adentró entre el público con su guadaña correspondiente. La escenografía se
desarrolló en dos planos. El dúo de vocalistas ocupaba la parte central del
escenario. Glory se mostró cautivadora y Salva convincente. Sin duda, el
contraste entre la voz masculina y femenina añade matices diferenciadores ante
una oferta tan amplia de bandas. Más escondidos pero plenamente integrados
musicalmente, se encontraban el resto de instrumentistas: Pablo, a la
batería, Ramón, al bajo, y el virtuoso guitarrista Jacob. El grupo se centró en
los temas del trabajo recién editado, producido por Javi Rondán y el vocalista
de Obús, Fortu Sánchez. Tocaba empaparse de este disco muy esperado tras la
disolución de Huma y escuchar ‘Secreto confesional’, ‘Sin rostro’, ‘Heavy
Metal’ –una auténtica declaración de intenciones- o la canción que da título al
CD. No faltaron canciones de la extinta Huma o ‘Reencarnación’, donde pudimos
apreciar las cualidades de Glory en la interpretación del clásico que cantase
la difunta Azucena en el primer disco de Santa (¡qué recuerdos!) La banda se
despidió con ‘Ya no son los mismos’, un excelente tema con toques progresivos
en el que se incorporó el cantante de Viga. Y es que Isaak y sus compañeros –
que figuran en la plantilla de colaboradores del disco de Guadaña- siguieron
con gran atención el concierto de sus compañeros en una jornada de auténtico
hermanamiento entre dos bandas repletas de carisma.
Texto
y fotos: Javier del Valle
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