THE REBELS + WARRIOR
POET
Madrid
– Caracol – 29.10.10
Dice una canción popera
de los ochenta: “es una noche de lluvia en Madrid, no tenemos sitio donde ir”.
Pues yo sí lo tenía. Era la sala de la calle Bernardino Obregón, donde se
presentaban dos de las nuevas formaciones que pueden ventilar un poco la
competida agenda de bandas emergentes en la capital.
Mientras cerraba el paraguas, vi terminar la primera
canción a unos tipos vestidos cuales Doctor Explosion de antaño, con
calzoncillos y ocasional ropa interior en la cabeza. Eran The Rebels,
unos Foo Fighters garajeros en formato de trío. Dijeron que apenas llevaban un
año juntos, pero les ha cundido. Tocaron 45 minutos de saltarina diversión, con
una sorprendente versión de 'Day tripper' de The Beatles para terminar de
definir su rendición a un Rock and Roll eterno y febril, de los de no parar de
mover la pierna. Buena empatía con el público, sin que les pusieran de los
nervios algunos pasajeros problemillas con el sonido.
Lo de Warrior Poet tiene una miga muy interesante.
Practican un estilo con pocas referencias en España, como es ese Hard Pop,
Power Rock o Rock a la americana (y en inglés) de cristalino acabado y
aplastante producción. Su sonido de FM
transnacional les debería abrir las puertas de ese nicho de mercado que se
resiste a escuchar algo más que Pignoise o la enésima repetición del modelo
Sôber. Pueden actuar en la pija Cats
o en Caracol, que en ninguna de las
dos desentonan ni van a estar de más. WP
acredita un repertorio muy adictivo, en el que igual suena una balada como
‘Wake up’ como ese “hit” en potencia que titula su primer disco: ‘The promise’.
¿Los Nickelback españoles? Bueno, es una forma de verlo. Se mueven en un área
de trabajo bien definido por una imagen que envidiarían los escoceses Gun (a un
lado) y versiones como la popular ‘Vertigo’ de U2 (en el otro extremo).
Superaron unos desajustes iniciales con la batería para enfilar directos los
mejores temas de su primer CD. El in
crescendo fue constante para el quinteto, que parecía de lo más feliz
frente a una sala llena y de lo más cómplice. Para mí, mucho mejores en directo
que en disco, pese a que el trabajo del ingeniero ha logrado que suenen pulidos
como pocos. El puntito de entrega y entusiasmo del directo termina por coronar
su apuesta. Tocaron durante una hora justa, que se hizo corta tanto para
quienes les coreaban como para los recién llegados a su música.
Durante la noche anunciaron el sorteo de una guitarra
Fender para quienes se hicieran con material de su puesto de merchandise. No me tocó, pero me llevé
un buen CD de música, perfecto para conducir relajado por una autopista del
Medio Oeste... o por la M-40 sin ir más lejos.
Leonardo Cebrián Sanz
0 comentarios:
Publicar un comentario